¿Cómo ha empezado la semana? En Bodas a Mares empezamos una semana muy especial dedicada a San Valentín y que estará llena de entradas amorosas.
Muchos ya conocéis la sección del blog Bodas con Encanto. Escribir sobre cada boda supone cruzar varios correos con cada novia y detrás de cada boda siempre hay historias increíbles, en cada crónica sólo os cuento una pequeña parte de cada pareja.
He tenido la suerte encontrar amigas con el cruce de esos mails que siempre llegan cargados de palabras preciosas y emociones increíbles. Una de ellas es Clara. Su historia de amor es tan bonita que en cuanto la leí se me quedó grabada para siempre y tenía muchas ganas de compartirla con vosotros. Sentaos y disfrutad de la historia de Clara y James, porque el amor puede encontrarse en cualquier lugar...
"Mi historia con James empieza unida a mis ganas de mejorar mi nivel de inglés. Me propuse practicar este idioma y así conocí a Paula, una chica americana que estaba metida en grupos de intercambio de idiomas. Las dos conectamos muy pronto y empezamos a quedar para practicar inglés con otras muchas personas, entre ellas James.
Un fin de semana, Paula nos invitó a una amiga suya, a James y a mí a pasarlo en las fiestas de su pueblo en Guadalajara. Así fue como conocí a James por primera vez. He de reconocer que no me atrajo en absoluto y apenas hablamos, pero recuerdo que me impresionó por las superfotos que hizo del pueblito y de nosotras tres. Nos agregamos los tres a Facebook y así compartíamos las fotos.
La segunda vez que nos vimos fue en una cena entre amigos y la cosa no acabó muy bien. En esa época yo andaba un poco frustrada con un tema del curro por el que me exigían hablar inglés perfecto y me daba mucha rabia ver cómo a James le habían destinado a España, con un pisazo en La Latina, todo pagado y sin hablar ni pizca de español. Así que ahí la tuvimos.
A las semanas me acordé de James y me dio pena mi actitud, así que le llamé para quedar a tomar unas cervezas. Hicimos las paces y descubrí que era un chico majísimo y que ser extranjero en Madrid puede ser muy duro así que comencé a avisarle de cada plan que tenía. Era el único que nunca fallaba. Éramos amigos de cerveceo, tapeo y fiestas.
Justo después de una ruptura dolorosa decidí que empezaría a viajar, objetivo findes fuera de Madrid. Y ahí que empecé a montar viajecitos a los que la gente se rajaba y sólo quedábamos James y yo. Y ahí fue donde empecé a conocer al verdadero James.
Me encantaba escuchar sus historias de sus estancias en Centro América o en África o en Asia... siempre anécdotas divertidas e interesantes sin pizca de presunción o soberbia. El chico de la sonrisa. El chico de los viajes y el chico de las fotos.
No os podéis imaginar lo interesante que era pasar las horas con él y lo divertido que era viajar al "estilo James", improvisando, descubriendo pequeños rincones, colándonos en fiestas ajenas y disfrutando de la fotografía y la comida local.
Una tarde, camino de vuelta de un viaje empecé a verle con otros ojos y dije: podría ser él... Así que una noche conversando en Facebook con él le comenté que estaba empezando a sentir algo a lo que él respondió que no se lo esperaba y que prefería que fuéramos solo amigos. Me quedé planchadísima.
Fuimos de viaje a Lisboa, a pesar del planchazo, porque ya estaba previsto. A la vuelta parecía más cambiado, como más atento... yo prefería pensar en olvidarlo todo y seguir como estábamos.
Una noche, salí con las amigas. Ese finde James tenía visita y me avisó para ir a ver el Real Madrid con ellos. Le dije que no. No tenía demasiadas ganas y no quería más confusiones. Esa noche de salida con mis amigas me preguntó si iba a hacer algo y le dije que estaríamos en un bar concreto. Sin decirme más apareció allí. Me quedé de piedra porque no lo esperaba. ¡Había buscado la dirección!
Cambiamos de bar y recuerdo que un chico me había cogido para bailar conmigo, entonces James llegó, le apartó de mí y me cogió y me dijo:
-¿Recuerdas cuando te dije que sólo quería que fuéramos amigos?
Le dije que sí y me dijo:
- Pues lo siento mucho porque fui un idiota.-Y me besó.
A partir de ahí empezaron unos días preciosos, me recogía del trabajo cada día, me preparó una sorpresa muy romántica, me llevó sin saberlo al Circo del Sol, a El Rey León, se presentó en mi casa una noche con un súper ramo de rosas... Recuerdo que me robaron el espejo del coche y ¡apareció al día siguiente con uno nuevo! Estaba dejándome claro, que iba a cuidar de mí y que me quería de verdad.
Pero su estancia en Madrid tenía fecha de vuelta. En diciembre debía hacer sus maletas y volver a Inglaterra. Así que mis miedos me pudieron y decidí romper cuando se fuera a Inglaterra.
Nunca olvidaré ese camino hacia el aeropuerto. James callado. Con una cara tan triste que me rompía el corazón. Yo que no quería ni hablar... con ganas de llorar todo el tiempo. Encima la música que sonaba en la radio no ayudaba en absoluto...
Cogió sus maletas y facturó. Se puso a la cola para pasar la seguridad. Nos miramos a la cara. Se dio la vuelta, vino hacia mí y me dio un abrazo enorme, dejándonos el corazón pegado al otro. Y entonces le dije: "Como sea, pero haremos que funcione".
Llegó a Inglaterra y lo primero que hizo fue comprar vuelos para empezar a vernos. Nos dejamos el sueldo y casi la vida en vernos, pero logramos vernos cada dos-tres semanas: en Londres, en Madrid, en Oporto, en Barcelona, en Cádiz, en Sevilla, en Granada, en Zaragoza... ¡donde más barato nos saliese!
Y así estuvimos durante año y medio. Deseando que terminase el tiempo de espera para volver a vernos y enganchados a Facebook, Whatsapp o Skype. Odiando la distancia, pero disfrutando cada reencuentro.
Preparamos viajes muy bonitos como a Madagascar, a Turquía, a Croacia... donde pasábamos algo más que un fin de semana juntos.
Había encontrado a la mejor persona para mí del mundo: un hombre responsable, cariñoso, generoso, inteligente, mañoso, respetuoso, educado, amigo de todos y bueno, más bueno que el pan. Regalos, navidades juntos, pequeños y grandes detalles y sobretodo saber que estaba ahí, pasase lo que pasase, para lo que fuera que necesitase. Nunca jamás discutimos.
Un día, una de mis mejores amigas, Ángela, me invitó a la fiesta de cumpleaños que había organizado para su hija en una casita en la sierra. Ahí me presenté yo. Alucinada por la casa tan bonita que había alquilado, con un laguito, con la montaña pegada, el campo... la buscaba por todos lados y Ángela no aparecía. La llamaba y no cogía el teléfono.
En la puerta de la casa había un cartel que me decía: ENTRA. En el patio de entrada había un ordenador cerrado que decía: ENCIÉNDEME. En el escritorio del ordenador había un vídeo. Lo puse.
Mis lágrimas corrían por mi cara con la de cosas bonitas que estaba viendo ante mis ojos. Era James, que me dedicaba ese vídeo tan bonito... Al final decía: "Entra a la casa".
Dentro de la casa estaba él, que me abrazó mientras yo no paraba de llorar con el corazón encogido. La música seguía sonando y él bailaba abrazándome... hasta que de repente, comenzó a sonar la canción de Bruno Mars de I think I wanna marry you. Fue oir las campanas de boda de la canción y ya tenía a James arrodillado con un anillo en su mano pidiéndome matrimonio. ¡Claro que SÍ!
Preparativos de bodas a distancia, más viajes y la boda (qué podéis verla aquí).
Actualmente vivimos en Hitchin, un pueblito de Inglaterra muy cercano a Londres. Hoy día, sigo mirándole y pienso que no hay otro para mí como él, me despierto junto a él y doy gracias a Dios porque eso vaya a ser así para el resto de mis días.
Toda la espera, toda la lucha, todo el sacrificio mereció la pena porque hoy puedo decir que soy feliz y completa como nunca lo había sido antes. Nuestra base es el respeto al otro, el servicio al otro y sobre todas las cosas, intentar pensar en la felicidad del otro antes que en la propia nuestra."
¡Y yo espero que seais muy felices porque os lo merecéis!
Antes de irme quiero invitaros a visitar el blog de Clari, un nuevo blog bodil lleno de historias preciosas. Ha empezado hace poquito, pero yo ya estoy enganchada a Top-Top Weddings. Merece la pena que lo agreguéis a vuestros favoritos para no perderos nada.
¡Un beso y hasta pronto!